Tropicalización: Productos y sabores raros del mundo
agosto 5, 2013 Deja un comentario
Hace casi 2 años que tuve la oportunidad de trabajar con la delegación de Corea del Norte en el Mundial Sub- 17 de la FIFA. En esa experiencia, tuve que adaptarme a la dieta del equipo en horarios y alimentos, confieso que fue extremadamente difícil comer arroz y pescado (en todas sus formas) por casi dos meses. Realmente me sorprendieron sus gustos culinarios, a todo le ponían una salsa para “condimentar” llamada Gochujang, lo que para nosotros sería la Salsa Maggi o inglesa. La comida simplemente no se la podía comer alguien que no estuviera acostumbrado a ese intenso y extrañísimo sabor.
En marketing llamamos Tropicalización a la adaptación de productos con las características culturales y demográficas de un país o región determinada. Tan diferentes son las culturas en los mínimos gustos que a veces se nos hace inconcebible ver que en China exista helado de Pulpo, cuando es una verdadera delicia para ellos, o en Japón Doritos sabor Atún:
¿Se les antojan los Doritos de Atún? Si su respuesta es SÍ, o son asiáticos, o son curiosos o les gusta mucho el atún. Doritos es una marca internacional que como muchas adapta y segmenta su linea de productos, publicidad y marketing a países específicos. Existen muchísimos ejemplos con marcas como Pepsi, Lays, McDonald’s o Donkin Donuts que me siguen sorprendiendo:
-Pepsi sabor Shiso (especia de la familia de la menta) y Yogurt. Japón.
-Lays sabor Pepino Fresco, Sushi y Lima. China
-Dunkin Donuts. Donas sabor Cerdo seco y algas. Indonesia.
-McDonald’s. Hamburguesa de Arroz (Arroz en lugar de pan). Hong Kong.
Y por último esta maravilla de Doritos en Japón que nunca pude descifrar el sabor, o más bien, por cómo se ve el empaque, los efectos”:
¿Cómo pueden tener éxito estos productos en esos países? De la misma forma que la Salsa Valentina es un éxito en México; recuerdo que le di a probar a un coreano Valentina y no le agradó en lo más mínimo cuando el Gochujang, la salsa de la que hablé al principio, es una verdadera falta de respeto para el paladar.